El otro día, hablando con un compañero de trabajo sobre el blog y su contenido, sobre cómo ha sido mi vida en diferentes momentos (infancia, cambio de colegio, adolescencia, con su revolución hormonal, el despertar de los primeros amores y las primeras visitas a la discotecas y bares de moda incluidos), y de cómo me había enfrentado o lo había vivido desde mi discapacidad.
El me decía que yo no tenía actitud de haber «sufrido» situaciones tipo bulling, que te rechace un chico que te guste, o que te digan «no creemos que seas apta para este trabajo», y yo le decía, es cierto, no siento haberlas sufrido, pero las he vivido, y por qué no siento que lo haya sufrido, aún habiéndolas vivido, no lo sé.
Y echando la vista atrás, y pensando sobre el tema, me doy cuenta de que somos el resultado de tantas cosas, que sería imposible decir, «soy así por esto», nuestros genes, nuestros padres, hermanos, compañeros de colegio, profesores, un momento, una canción, una película, una situacion vivida, una frase que marca, …todos, absolutamente todos van dejando huella y haciendo la persona que somos, todos ellos y nuestro propio ser, ese que tampoco sabes de donde, hace que brote de ti esa fortaleza interna que va dando forma a todo eso que va determinando y haciendo la persona que eres.
Y yo, no soy diferente a nadie en ese sentido, todos somos el resultado de una conjunción de muchas pequeñas cosas.
No se si viene muy al caso o no, pero me gustaría terminar este post con una de mis frases favoritas, una de esas que te marcan, y que yo me adjudiqué cómo mantra:
«Y como no sabía que no podía, lo hizo».
Desde mi corazón, después de conocerte y ahora seguir disfrutando de tu compañia desde tu blog, te aseguro que tenés por bien vivido lo pasado ya que sos una persona que íntegra, buena, admirable y hoy día, donde los valores están en descrédito, eso es decir mucho . Un abrazo
De cómo las cosas se hacen a uno y uno se hace con las cosas.
Tienes muchísima razón Ana. Interesante conversación con tu amigo. Siempre lleva a la reflexión profunda cuando alguien fuera de nosotros nos dice como nos ve. Otra mirada que va acompañada de autoreflexiones que acabaran en grandes hallazgos y aprendizajes. Todo nos marca, sobretodo la mirada que nuestros padres han tenida hacia nosotros. Pero que suerte que durante nuestra vida nos miran y miramos a muchas más personas.