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Ya lo dijo Einstein «Sentarse a leer dos minutos y que parezcan dos horas,o sentarse a charlar con una bella dama dos horas y que parezcan dos minutos, eso es relatividad», y es que si, el tiempo es relativo, e influye en la manera de verlo y percibirlo nuestro estado mental, emocional y físico.
Echemos la vista atrás: ¿que estábamos haciendo hace ocho años? ¿Cuanto hemos vivido, cambiado, crecido desde entonces?
Hace ocho años yo vivía sola, todavía no tenía a mis hijos, tenía un trabajo que me permitía disponer de tiempo y dinero para hacer lo que más me gustaba, viajar. En esa época cogía mi mochila y mi guía de viajes y sin pensar en mucho más que aprovechar cada minuto de mi existencia, en saborear cada segundo, recorrí durante tres meses La India y Nepal, viajé varias veces a Marruecos, al Sáhara occidental, a Francia, Inglaterra, Noruega, Bruselas… El tiempo se me escapaba entre los dedos, cada instante era aprovechable, quería más y más,…
Pero ocho años dan para tanto… Hace cinco decidí tener a mi primer hijo, y entonces el tiempo seguía escurriéndose entre mis dedos, cuando llegan los hijos el tiempo se te escapa, pero de otra forma, tu vida ha girado y no llegas a todo, y quieres llegar a más, y quieres hacer más,… Y el tiempo vuela.
Pero mirar cuanto puede cambiar la percepción del tiempo dependiendo del lado de la vida en el que estés. Hace 3 años nació mi segunda hija, fruto de una relación que siempre hizo aguas, y que ya estaba terminada antes de ella nacer, y si a esto le sumas un embarazo, un parto largo y complicado, un postparto criando a otro pequeñito que hace que no duermas, que estés cansada física y mentalmente, que no seas capaz de ver con todo lo que lidias al cabo del día, y ese largo ect. que no es de color de rosa en la crianza, caí en una depresión, y los días eran eternos, y me daban igual, y sólo quería dejar el tiempo pasar, para que llegara otro día sin más,… Pensaba que dejar pasar el tiempo era la única forma y solución, y esperar al tiempo es eterno, los minutos se hacen horas, las horas días, y los días semanas,…
Salir de ahí no es fácil, pero se sale, y quieres volver a beberte la vida.
Hoy en día, si pudiera susurrarle algo al oído a aquella loca viajera sería «sigue así, exprime los segundos» , En cambio, a aquella de dentro del pozo le diría «tranquila, los minutos siguen teniendo sesenta segundos, y las horas pronto volverán a tener sesenta minutos».
Y desde aquí doy las gracias a Madresfera, Novartis y a La Sociedad Española de Reumatología porque para dar visibilidad a la Espondilitis Anquilosante (enfermedad autoinmune reumática crónica que afecta a los huesos y las articulaciones y que incapacita a la persona que la padece para desarrollar con normalidad las actividades básicas de la vida diaria, laboral y social. Su manifestación suele comenzar en torno a los 20 años, y su diagnóstico puede retrasarse hasta ocho años y medio) nos propusieron este post en el que he tenido la oportunidad de echar la vista atrás, de ver quién fui y quién soy gracias a todo aquello, que todo es relativo, que dependiendo del lado de la ventana en el que estàs cuando llueve,l a lluvia puede ser relajante o calarte hasta los huesos.
Pero nada es eterno, ni siquiera ese minuto interminable que se convierte en una hora.
¿Te imaginas como serán los minutos de quién espera el diagnóstico de esta u otra enfermedad? ¿De quién vive con ella?
¿Te animas a echar la vista atrás?
Me pasó hace algunos días en que me retaron en Instagram a subir mi primera foto y de repente fui para atrás 5 AÑOS!
5 Años de fotos, de las primeras locuras de mi hija mayor, del embarazo de la menor, de las cosas lindas y las cosas malas…
Así es como pasa el tiempo y nos damos cuenta cuando empezamos a mirar para atrás y hacemos el ejercicio mental.
Gracias x tu post!